En reconocimiento del valor de la danza y de toda su gente

Aunque la danza es un don que poseemos todos quienes soñamos, cambiamos, sentimos, gozamos, abrazamos, partimos, volvemos, deseamos…  generando movimiento, en un espacio y tiempo determinados; asumirla como alternativa de vida, opción profesional y laboral, es cuestión que en muchos sentidos no es fácil comprender.  

Es por eso que ésta celebración deseamos dedicarla a todos quienes encontraron en la danza el sentido de muchas de sus decisiones y acciones, no sólo viviéndola desde el movimiento, sino adornándola y enriqueciéndola, como también pensando, narrando, gestionando, trasmitiendo y educando sus gestos, procedimientos, maneras y conocimientos.

No es para más que parezca un sinsentido pasar extensas horas de mañana, tarde y noche, de extenuante entrenamiento, esfuerzos, dolores físicos, repetición de partituras coreográficas entre otros, para finalmente compartir su resultado creativo en escenarios que pocas veces alcanzarían los récords de taquilla de un “rock star”, como también, que sea un trabajo en donde casi el 70% de su ganancia económica, se reinvierte en personas, acciones y/o labores esenciales para la prevalencia de la misma danza: alquiler de salones, pago de entrenamientos, compra de materiales para vestuario, alquiler de teatros, etc. Y aunque esta es una perspectiva real y casi asumida en el devenir histórico que ha transitado la danza desde su práctica artística o profesional, nunca es tarde para analizar estas situaciones a profundidad y encaminar acciones que honren y retribuyan a todos quienes desde sus conocimientos, historias y talentos han contribuido para dar vida al arte en movimiento. 
En efecto, la realidad señalada se hace evidente en el día a día de cada uno de los hacedores de la danza no sólo en Colombia, sino en otras latitudes del mundo y no es algo que pase desapercibido ni que ignoren sus protagonistas; sólo que, tal como reza el título de la tesis para magister en Estudios Culturales “Prácticas laborales de bailarines profesionales de danza contemporánea en Bogotá”, por Ingrid Natalia Antolínez: “al que le gusta, le sabe”.

En ese sentido los protagonistas de este efímero arte, antes de medir el valor de su conocimiento y talento desde lo que pueda significar en términos de estabilidad y dignidad económica y/o laboral, persisten y perviven en la defensa de la danza priorizando sus valores intangibles – los de la danza - como pueden ser los sentidos de pertenencia e identidad que genera en sus practicantes o la emancipación espiritual, mental y corporal que sus gestos y sensaciones, permiten incorporar.

Sin embargo, en esta conmemoración especial que le hacemos a la Danza, es necesario dimensionar las razones e importancia de encaminar acciones que permitan la prevalencia de este arte, no sólo desde el amor y entrega incondicional de sus practicantes (los bailarines),  sino desde el reconocimiento del valor intangible y patrimonial que entraña para la identidad, sentido de pertenencia y emancipación de los pueblos y naciones; como también aterrizar que su práctica, no sólo es significativa para quienes la llevan en sus cuerpos, sino también para quienes la acompañan y viven desde otras dimensiones como el diseño de arte, vestuario e iluminación, la composición e interpretación sonora y musical, la docencia, la investigación, la gestión  entre otros; agentes que por demás permiten que desde y alrededor de la práctica dancística se forje todo un conglomerado de simbolismos, generación de conocimientos, redes de intercambio, mercados y nuevos escenarios.  

Por dar sólo un ejemplo, basta con dar un vistazo a la web, y nos encontraremos con los cuerpos y danza de miles de bailarines que, desde todo tipo de manifestación, llenaron de vida y dinamismo las monótonas cuarentenas alrededor del mundo. Partiendo de este fenómeno, cabe preguntarnos; ¿necesitó el bailarín a la red? o ¿la red necesito al bailarín?, ¿cuál es el sentido de valor que damos a uno y a otro?

En efecto los dos fueron igual de importantes, y no sólo ellos, sino el gran entramado de saberes, personas, profesionales y acciones, que confluyeron momento a momento para que aquel bailarín apareciera en la web o la web visibilizar al bailarín. De igual manera, nuestros sentidos de identidad, la relación que tenemos con nosotros y con los demás, nuestros afectos, orgullos, miedos y deseos están atravesados por el movimiento, el cuerpo y su danza y en sentido inverso, ellos también se dejan atravesar.

¡Celebremos la danza, celebremos su gente, celebremos todos!, no es más que un llamado a la unidad y al reconocimiento del valor que entraña cada uno de nosotros en el gran baile de la vida, del mundo y del cosmos. ¡¡¡La danza se baila a su gente… Gracias gente por bailar!!!

Ministerio de Cultura | 2021


2021
 
2020
 
2019
 
2018
 
2017
 
2016
 
2015