¡CELEBRA LA DANZA! ¡Celebra en casa!

Celebramos el cuerpo en medio de la quietud y al movimiento en medio de la pausa; celebramos también los ritmos que nos inspiran a resistir, a creer y a bailar a pesar de la distancia y la incertidumbre. Celebramos la ilusión de la creación incluso en momentos en los que pareciera que no hay lugar para ella; la celebramos por la fuerza con la que irrumpe en nuestras vidas en los momentos más insospechados.

El pasado mes de marzo se cumplieron cien años del natalicio de Manuel Zapata Olivella, sin duda, uno de los más prolíferos pensadores del Caribe colombiano y quien fuera una de las plumas más prominentes, audaces y enérgicas en la reivindicación de la presencia africana en el nuevo mundo. Sus indagaciones a lo profundo de las propias entrañas de la cosmovisión y representaciones africanas, convierten su literatura en una fuente de consulta obligatoria, para quienes deseen comprender la epopeya que significó la trata trasatlántica, así como algunos de los efectos del fenómeno colonial en la configuración actual de sociedades como la nuestra. En la obra de Manuel, la tragedia, la pregunta acerca del origen, el retorno y la pertenencia a este nuevo mundo, son parte estructural de aquello que define la diáspora, (Branche (2009). No obstante, como el mismo afirma:

La presencia africana no puede reducirse a un fenómeno marginal de nuestra historia. Su fecundidad inunda todas las arterias y nervios del nuevo hombre americano

Esta fertilidad que Manuel describe, se encuentra en todas las formas de pensamiento y se mueve, más ágilmente y aunque no de manera exclusiva, a través de la música y la danza, dos formas del arte con capacidad para salvaguardar la memoria y mantener el melungaje. Bajo esta perspectiva, se inscriben algunas de las danzas y ritmos tradicionales del Caribe y el Pacifico colombiano, y más recientemente, otras formas urbanas de clara matriz africana como la champeta. Malungaje, según el investigador guyanés Jerome Branche es un concepto que proviene de la palabra malungo, utilizada por los pueblos bantúes de África central, hablantes de kikongo, umbundu y kimbundu con tres acepciones: Parentesco o hermandad en su sentido más amplio; canoa grande; Infortunio. Para los hablantes bantúes que hicieron la travesía atlántica significaba compañero de barco” (Revista Poligrama, 2009)
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Con este espíritu, el de compañeros de barco, con una mirada atrás, con los pies en el presente, con el pensamiento en el futuro, con Manuel, con los ancestros de nuestro lado, con los viejos y las nuevas generaciones, con hermandad, con la solidaridad que demanda este momento, queremos celebrar con ustedes el día internacional de la danza.

Sin conocernos nos reconoceremos en los ojos cargados de sueños.

El Día Internacional de la Danza, declarado así por la UNESCO en 1982. Ha fundado las bases para que El Ministerio de Cultura a través del Plan Nacional de Danza, promueva desde hace 11 años la iniciativa Celebra la Danza, como un espacio que busca exaltar el desarrollo y los aportes de esta disciplina al devenir cultural y social de la nación. Desde su creación, esta estrategia ha logrado reunir a 210 mil bailarines, en más de 4 mil eventos, en los 32 departamentos del país. Así, cada año, son convocados portadores, investigadores, pedagogos, coreógrafos, dramaturgos e intérpretes de la Danza para que compartan sus experiencias, visiones y contribuciones. Los reconocimientos, en la diversidad cultural, social, étnica y lingüística de nuestro país, han estado dirigidos a individuos, grupos, organizaciones y regiones enteras cuya producción y acervo dancístico contribuyen a la creación de proyectos de vida en torno al talento y al desarrollo humano, fortalecen los vínculos identitarios, promueven el dialogo intercultural, conservan y dinamizan la memoria, forjan nuevas tradiciones y mantienen una relación constante con las culturas del mundo.
Basta ver la línea de tiempo de esta década para encontrar el porro, la cumbia, la salsa y todo nuestro folclor allí representado. Sin duda, todos los géneros y ritmos siempre han tenido cabida y la seguirán teniendo. Este año, bajo el lema “Celebra la Danza en casa” el objetivo es celebrar la danza, desde los distintos espacios del hogar y como se ha hecho en cada versión, en la que se enaltece una o varias formas dancísticas, dentro del amplio espectro de estilos y formas de concebir la Danza en el país, en esta ocasión los invitamos hacerlo a ritmo de Champeta, una expresión de esa enorme diáspora africana arraigada en los sectores populares del caribe e invisibilizada por las hegemonías dominantes. En 2020, año en el que se conmemora el centenario del natalicio de Manuel Zapata Olivella, este ritmo se convierte en la excusa para recordarlo elevando las voces y los cuerpos de procesos invisibilizados, pero potentes en su expresión.

“El desarrollo de las expresiones culturales en los diversos territorios es una forma de encontrarnos como país, reconocer nuestra riqueza y diversidad. Por esa razón, queremos que en las ciudades capitales y en todos los territorios celebremos nuestras danzas y ritmos. Esta es la oportunidad de vernos y disfrutar lo que nos mueve y hace único a nuestro país”.

Grupo Danza - Ministerio de Cultura | 2020